viernes, 21 de junio de 2013

ALGO DEL ARCÓN.....

Más adelante seguiré con mi "zaga".... nada me detiene, nada me acobarda, apenas me agobia el recuerdo de lo que fue y dejó de ser.... les dejo un viejo cuento escrito por mí hace algunos años.

EL UNO PARA EL OTRO

Ellos habían nacido el uno para el otro, aunque signados por la inexorable impronta de la brevedad. Se conocieron una  mañana del mes de abril en un desvencijado refugio de la Avenida Montes de Oca, en el barrio de Barracas que precariamente albergaba a los pacientes pasajeros de las líneas 17 y 22.
Auria, así se llamaba ella, abordaba cada mañana el 22 que pasaba alrededor de las ocho  por el lugar,  para llegar holgadamente puntual a su trabajo de bibliotecaria en el antiguo barrio de San Telmo.  Adolfo, así se llamaba él, era vendedor ambulante y entre las ocho y las 11 de algunos días de la semana, viajaba en el 17 hasta la Recoleta donde vendía paraguas los días de lluvia y baratijas que, a modo de souvenir, algún modesto turista le compraba.
Aquella mañana otoñal había amanecido lluviosa y Adolfo creyó que sería un día auspicioso para ubicar buena parte de unos paraguas chinos que había conseguido de un remanente de importación.  Así fue como se enfundó en sus jeans gastados, un abrigo conveniente y el piloto amarillo que había sabido conservar de su nutrido stock de “busca” y salió lo más temprano que se pudo permitir rumbo a la parada del 17.
Cientos de veces habrían estado a punto de encontrarse, pero aquella fue la primera vez que coincidieron sus presencias a expensas de lo que algún romántico definiría como destino, aunque fuese mera casualidad.
Auria se empeñaba en lograr que aquel refugio lo fuese, a pesar de la ausencia de varias chapas de su castigado techo, oteando los confines de Montes de Oca intentando distinguir la silueta de su ansiado transporte, mientras que Adolfo desdeñaba cualquier posibilidad de protección del vetusto chaperío, disfrutando casi el deslizamiento del agua sobre la superficie de su piloto.  Nadie más que ellos se encontraba en el lugar, circunstancia que agregaba misterio a la tardanza de ambos colectivos.  Cinco, diez, quince minutos y la avenida seguía permaneciendo desierta, sin la mínima evidencia de los esperados transportes; a ratos era Auria quien asomaba su vista a la avenida, a ratos Adolfo.  Ninguno de los dos sabía de la necesidad del otro, ni se apercibía de su presencia, ajenos ambos en su objetivo de escapar de la intemperie y llegar a destino.
Tal vez los dos resignados a la orfandad de un amor correspondido, ni siquiera imaginaron la posible cercanía de lo que podría llegar a ser una charla, una sonrisa…. una chance de vida…
Auria era menuda, de cabellos oscuros y brillantes, rondaba los treinta años, todos vividos en la casa paterna de Barracas.  Adolfo en cambio, había perdido la cuenta de los domicilios que había tenido y  emprendido camino a los cuarenta, aunque su aspecto jovial, su delgadez y su atuendo, le otorgaban un aire casi adolescente.  Un comentario, de él o de ella, que más da, con certeza vinculado a la demora de los transportes, los anotició al uno y a la otra, de sus sendas presencias.  De pronto Adolfo descubrió que más allá de no estar solo en el lugar, contaba con la compañía de una mujer que le resultaba encantadora, a un tiempo que Auria se permitía la libertad de dejarse cautivar por ese desconocido simpático, que en escasos minutos condicionó sus sentidos con palabras simples, pero certeras.  Claro, Adolfo contaba con esa herramienta indispensable en su trabajo de vendedor callejero…… la palabra y su voz.
Cinco minutos más de demora en el arribo del 22, les bastaron a ambos para enamorarse.  De repente quisieron, ambos, que el tiempo se detuviera, que ya no llegasen sus transportes y poder sentarse a charlar, a contarse de sus vidas, a conocerse, a recuperar un tiempo que, hasta ese momento, no sabían perdido.
Cuando en el horizonte se percibió la figura del colectivo, los dos supieron que se avecinaba el primero de sus alejamientos que, aunque sospechaban tan solo temporales, daría lugar al primer sentimiento mutuo de nostalgia. 
El destino quiso que fuese el transporte de ella el primero en arribar a la parada, circunstancia que otorgó la ocasión de que Adolfo, que no tenía horario fijo para comenzar su jornada, aún a costa de ver mermada su venta, decidiera acompañarla para luego torcer camino a Recoleta.  El tiempo que el micro utilizó para llegar a los alrededores de la Plaza Dorrego hasta donde viajaba Auria, se les escapó como un relámpago; Adolfo se bajó con ella y la acompañó hasta la entrada misma de la biblioteca.  Sólo conocían el uno del otro sus nombres y compelidos por la lluvia y la urgencia de Auria en marcar puntual su tarjeta de ingreso, apenas atinaron a concertar un encuentro la mañana siguiente.  Siete y media desayunarían en San Miguel, se pasarían los teléfonos y comenzarían el camino de una vida en común….. estaban felices.
Adolfo llegó a Recoleta pasadas las 09:30, apenas diez minutos después del asalto a la farmacia de Junin y Las Heras.   - Un flaco de pelo largo y vaqueros gastados…., había alcanzado a balbucear el farmacéutico baleado mientras abría la persiana del comercio en la mañana lluviosa.
El “olfato policial” hizo el resto y Adolfo fue a parar, con sus huesos y sus paraguas chinos a una fría celda de la comisaría 17ª.
La lluvia se fue casi como llegó, de repente y el día “después” amaneció con un sol tibio de otoño, ideal para aquel encuentro.  Auria, sin importarle que Adolfo descubriese su ansiedad, llegó diez minutos antes a la cita.  Se sentó en una mesa sobre la vidriera desde donde se puede ver la Avenida y se dispuso a disfrutar del primer día de su nueva vida.
Adolfo no llegó.  El defensor oficial no apareció hasta dos días después de su detención y cuando lo hizo pareció más proclive a creer en la culpabilidad de Adolfo que en su inocencia.  Catorce meses trajinando entre el penal y tribunales, hasta que en un robo fallido en la propia zona de Recoleta, “El flaco Zapala” cayó detenido y vaya a saber porque extraño artilugio del destino o “habilidades” de sus captores, terminó confesando haber sido el autor de aquel atraco a la Farmacia de Las Heras y Junín.  Fue la culpabilidad del confeso Zapala la que por descarte le otorgó inocencia a Adolfo y le devolvió la libertad.
Nadie más que Auria en todo ese tiempo, había notado la ausencia de Adolfo.  Ella vivió aquel desencuentro como un verdadero abandono y luego de seis meses de peregrinar por las calles de Barracas buscando a Adolfo, agobiada por la tristeza se marchó.  Eligió dejar la casa paterna y mudarse a Las Toninas, donde su profesión de bibliotecaria encontró lugar entre los escasos libros de una biblioteca municipal.
Ni bien se cerraron las pesadas puertas del penal, con las pocas monedas que le restituyeron sus carceleros, Adolfo regresó a Barracas y la buscó.  Sólo sabía su nombre, Auria, pero nadie supo informarle nada de ella.  En la biblioteca de San Telmo le dijeron que había renunciado por el mes de octubre.  Los padres de Auria se enteraron sobre un muchacho flaco, pálido y triste que preguntaba por una joven que no podía ser otra que su hija.  Les dijeron que todas las mañanas se sentaba a tomar café en San Miguel y allí fueron, a su encuentro, ellos sabían de la existencia de Adolfo.  El mozo les dijo que había estado allí hasta hacía cinco minutos…… llevaba un bolso con sus mínimas pertenencias y se despidió diciendo que se iría a vivir a la costa…… a San Clemente del Tuyú….. estaba muy triste…

  

miércoles, 20 de marzo de 2013

CUANDO FALLA LA MEMORIA



Es conocida (y justificada por otra parte), la postura de todos y cada uno de los organismos de derechos humanos en la Argentina, respecto de las Fuerzas Armadas, más precisamente de los Militares, así genéricamente.  Todos aquellos que caminamos las calles de nuestras ciudades reclamando juicio y castigo lo hicimos, precisamente, exigiendo cárcel a los genocidas encarnados en los militares.  Claro que a la hora de medir grados de inflexibilidad respecto a la más mínima posibilidad de acercamiento a un uniforme, Hebe aparece a varios cuerpos de quien se posicione segundo……. aunque les aseguro que las cosas han ido cambiando de una manera inusitadamente vertiginosa.  Si fue novedoso que Hebe condujese a las Madres al apoyo incondicional al partido gobernante, cuando siempre se mantuvieron no solo alejadas sino más bien opuestas a cualquier manifestación de institucionalismo burgués, nadie podrá negar que cualquier cronista gráfico pagaría con buen dinero la posibilidad de plasmar en el objetivo de su cámara fotográfica, la imagen de Hebe estrechándose en un abrazo con un señor vestido de color verde oliva…. ¡ Y cuánto más pagaría por inmortalizar un beso de Hebe en la mejilla del portador de tales vestiduras….!
Fue en el mes de marzo, a principios creo, que Hebe me convocó a su despacho en la Casa de las Madres.  Hebe siempre (hasta que dejó de serlo) fue muy tierna y cariñosa conmigo y aquel día no fue la excepción.  Tardé apenas unos pocos minutos en llegar a su despacho, tan austero como estrecho, un lugar en el que ella permanece durante muchas horas al día, meditando, descansando, escribiendo, apuntando y hasta dibujando.  Luego del saludo de rigor con un beso mío en su mejilla, (ella no besa, otorga su mejilla para recibir el tributo de su visitante), con mirada serena y una sonrisa me dijo:
-          ¿Vos sabés que yo estoy loca, no?
Yo le respondí, con total convicción, que sí, que lo sabía, que por supuesto no tenía ninguna duda de su locura.  Por cierto que aquello todavía lo creo y reivindico la locura que conduce a una lucha consecuente e inclaudicable como la que ella y sus compañeras, supieron sostener por más de tres décadas, a pesar de todo.
Le pedí precisiones sobre las razones del reconocimiento expreso de su condición psíquica y me contó:
- Hace un tiempo me viene rondando una idea……   fundir armas de guerra y con ese metal, hacer tres bustos…  uno de San Martín, otro de Belgrano y uno de Moreno…el otro día, cuando vino Dilma (se refería a la presidenta del Brasil), mientras esperaba  que comenzara el acto oficial en Casa de Gobierno, me puse a conversar con Nilda (Garré) y le conté la idea que tenía.  Le dije que claro, el problema era conseguir las armas, entonces ella que se entusiasmó mucho con la idea, me pasó el teléfono de un general.  Me dijo que lo llame, que el me iba a ayudar…
- Y sabés querido?.... lo llamé y me invitó a visitarlo en el Comando en Jefe del Ejército.  No sabés lo bien que me trató… querida Hebe me decía… yo por un momento pensé que le tenía que decir “mi general”.  Bueno, nada, me dijo que le pidiera lo que quisiese….  y sabés?... mañana nos mandan al ECUNHI (Espacio Cultural Nuestros Hijos, ubicado en la ex ESMA), un par de cañones para que los desguacemos, los fundamos y podamos hacer los bustos.  Y como mañana es jueves y yo no voy a poder estar, te quería pedir si vos podés ir a recibirlos.  Van a estar los chicos de Fuerza Bruta, ellos se encargan de descargar lo que nos mandan, pero tiene que haber alguien que los reciba.  Por supuesto que acepté y al día siguiente, vestido para la ocasión, media hora antes del horario previsto para el arribo del material (desconocía magnitud, calidad y cantidad), me instalé en el ECUNHI, junto a otro colega a quien pedí me asistiera en el evento.
Una hora aproximadamente después de llegar, nos avisaron que por la entrada de Avenida Comodoro Rivadavia, en uno de los laterales del complejo que otrora fuera la nefasta ESMA, se encontraban emplazados tres camiones del Ejército listos para ingresar, aunque la seguridad del lugar a pedido de las otras organizaciones, (allí tienen su espacio varias entidades de derechos humanos), no les franqueaban el acceso.  El complejo que en general es denominado Espacio para la Memoria, es gobernado por un Ente formado por todas las organizaciones y la participación de un representante del Gobierno Nacional.  Parece ser que la normativa que regula la utilización de cada espacio, incluye la obligación de solicitar autorizaciones para cada evento que involucre de algún modo elementos que pudieran resultar contrarios o, cuanto menos, adversos o urticantes a la memoria que allí se tutela.  Y claro, alguna vez de manera no escrita, muchos de los miembros de las organizaciones beneficiarias de cada espacio se juramentaron que a ese predio JAMÁS ingresaría un militar….. y que decir de tres camiones, con media docena de uniformados en ropa de combate, transportando DOS CAÑONES ANTIAÉREOS y una suerte de TANQUETA….
Hebe no había pedido permiso.  La llamamos, mientras intentábamos convencer a los que de a uno se fueron sumando a la resistencia y nos dijo que ella no pedía permiso, que ese espacio Néstor se lo dio a las Madres y que además no habría de explicar las razones por las que esas armas iban a ser descargadas en el ECUNHI.  Por supuesto que aquel jueves los militares se tuvieron que volver con sus camiones cargados a la espera de que al día siguiente hubiese más suerte.
El viernes fue mi colega con Hebe y luego de una breve gestión en la que intervino el representante del Gobierno, por fin la voluminosa carga fue ingresada y dos días después en un acto de los que fueron dando marco a un nuevo 24 de marzo, los integrantes de Fuerza Bruta desguasaron los cañones y la tanqueta para aprontar sus piezas al rigor de una futura fundición, que todavía no pudo ser.
Pasó el 24 de marzo, esta vez luego de tantos años, fuera de la Plaza, en el Mercado Central.  No faltaron allí los encendidos discursos de Guillermo Moreno, Ricardo “Ricky” Bruzzese, Sergio, Hebe y el broche de Boudou que cerró el acto con una “oportuna” llegada tarde.  Hubieron abrazos, lágrimas y juramentos, poco faltaba para el derrumbe, pero quedaba tiempo para más.
Después del primer sismo producido por la literal expulsión de Sergio, Hebe me volvió a convocar y esta vez me anotició de que iba por mucho más.  Enmarcó su alocución en una cuestión bien objetiva, (así lo creí entonces), como lo es que los militares que hoy dirigen los destinos de las Fuerzas Armadas, pertenecen a una generación diferente a la de los genocidas.  Me contó que era una idea que venía madurando a partir de charlas que tuvo con Nilda (Garré), respecto de una histórica reconciliación institucional, que nada tenía que ver con un perdón o acercamiento a los criminales de la última dictadura militar.  Tengo absoluta certeza de la honestidad intelectual de Hebe respecto de este razonamiento, aunque de verdad resulte poco menos que contrastable con otras irreductibles y extremas posturas cotidianas que ostenta.
Lo cierto es que esta vez su propuesta o pedido me iba a descolocar ciertamente.  Me pidió que Junto al Director de la Radio de las Madres, Pedro Lanteri, la acompañase a un almuerzo en el Comando en Jefe del Ejército.  El acercamiento ganaba en materialidad.  No recuerdo la fecha que con certeza fue en el mes de mayo, pero una mañana en una de las camionetas Berlingo ornadas con pañuelos blancos y la leyenda “Asociación Madres de Plaza de Mayo”, que a la postre resultó ser propiedad de la firma MELDOREK, nos trasladamos al bastión principal en que late el corazón del Ejército Argentino.  Ingresamos por un resquicio ubicado en un rincón de la curva que hace Paseo Colón para esquivar la antigua construcción que fuera de la Aduana, en la que hoy luce el museo del bicentenario.  Por un momento me sentí en una película.  Soldados saludando marcialmente el paso de un vehículo de las Madres daba un toque surrealista a la escena.  Una suerte de Mayordomo civil nos condujo por ascensores suntuosos exclusivos de LA JEFATURA hasta el piso que ocupa la DIRECCIÓN GENERAL DE INTELIGENCIA, (¿interesante no?).  Allí en una oficina del “PENTAGONO ARGENTINO” nos recibió su Director, el General de División César Santos Gerardo del Corazón de Jesús MILANI (Nombres completos según lucen en el sitio oficial del Ejército)Él provisto de todos sus atributos militares……. Hebe sin su pañuelo.
Contrariamente a cualquier especulación, Milani asemeja más al modelo Hollywoodense de un General, simpático, joven, con un pertinaz mechón de pelo más cercano a James Dean que al General Patton.  Aquello parecía un sueño; estábamos en las entrañas mismas del que fuera el enemigo por décadas.  Hebe flanqueada por Pedro y por mí, sentados a una mesa ahora colmada de uniformes con soles y estrellas, que denunciaban que el grado más bajo entre todos ellos no pasaba de Coronel.  Los había de Ingenieros, de Intendencia, de Comando y Servicios y el anfitrión principal, quien llevaba la voz cantante, el General Milani; de Inteligencia.  Fue un almuerzo distendido, donde no faltaron las risas, las lisonjas y fundamentalmente las promesas.  Milani acometía… - ¿Qué necesitás Hebe? (sí, la tuteaba)…. Y Hebe respondía…- Y necesito que me emplacen la antena de la radio… el lugar lo tenemos, en tierras que nos cede el Mercado Central, pero hacen falta cercos perimetrales, movimientos de suelo, de todo….  – Contá con ello, te mandamos a la gente de Ingenieros y te lo resuelven.  De pronto salió el tema de las armas, aquellas que llevaron al ECUNHI y la charla giró hacia el modo que se habría de aplicar para fundir aquel metal.  Hasta sugirieron Rio III, pero todo quedó en una especulación, Hebe tenía conocidos en un astillero en Ensenada y aseguró que de algún modo lo resolverían…. Se necesitaban calderas muy potentes.
Todo terminó en un brindis con Champagne luego del postre, (Hebe degustó una ensalada de frutas sin azúcar), donde Hebe les contó cuales eran sus planes….  Había que propiciar un acercamiento, las fuerzas armadas se habían reciclado por decantación natural y ella creía que era hora de terminar con la confrontación, una suerte de PUNTO FINAL, simplemente porque ahora ella lo terminaba de decidir.  Probablemente, si apenas seis meses antes alguien desde otro organismo lo hubiese planteado, ella lo hubiera tildado de traidor, seguramente lo hubiera hecho.
Cuando regresamos nos pidió a Pedro y a mí que le relatásemos al resto de las Madres reunidas alrededor de la gran mesa, el resultado de nuestra incursión.  Por cierto yo sentía estar inmerso en la génesis de un hecho histórico y me conmovía.  De algún modo, con frases alternadas Pedro y yo les relatamos de la mejor manera lo acontecido.  El grupo más cercano a Hebe, orgulloso del temple y decisión de su Jefa, lo festejó con alegría, otras Madres apenas se limitaron a escucharnos…. Tan solo Juanita, con sus 96 años a cuestas, sentenció…. “A mi no me convence, no me gusta”.  Hebe la miró de soslayo y apenas unos minutos después, a solas, me dijo… “Juanita no entiende nada…. siempre pasa igual… ya lo va a comprender”.  Y yo que creía que ese tipo de decisiones las discutían antes democráticamente.
Claro que indagué sobre el pasado de Milani y descubrí que existe entre sus antecedentes militares, el haber participado en 1976 del operativo Independencia en la Provincia de Tucumán, con el grado de subteniente.  Varios sitios, entre otros Clarín, así lo afirman…… claro que Clarín miente…. y yo lo creo así, tanto como que puedo afirmar que al menos una vez, Clarín ocultó……. En otra entrega lo voy a contar aportando pruebas gráficas del ocultamiento y destacando la eficiente gestión de una persona muy influyente….. MUY.  Hasta la próxima entrega...... si me dejan.

martes, 5 de marzo de 2013

TODO ESTÁ GUARDADO EN LA MEMORIA, SUEÑO DE LA VIDA Y DE LA HISTORIA......

Esta canción de Victor Heredia, (la del título) siempre me convocó, me inspiró, me acompañó en el devenir de la militancia.  La cuestión de no otorgarle espacio al olvido, en cuestiones tan imprescriptibles como las atrocidades, los atropellos, los crímenes de los "organizadores nacionales", las violaciones, las apropiaciones, la tortura, la desaparición forzada de personas..... el horror, fueron la impronta de cada nuevo día de vida, después aquella noche larga.   
Recuerdo un día, del año 2009 que un grupo de Madres de Plaza de Mayo de delegaciones del interior, llegó a Buenos Aires para acompañar a Hebe en un recorrido por las obras de Sueños Compartidos aquí, en la Ciudad de Buenos Aires.  Por entonces aquellos sueños eran difíciles de sostener, eran modestos, laboriosos, aunque no por eso menos bellos y por supuesto,  menos sueños.  Las construcciones de la Villa 15 (hoy nuevamente Oculta, luego de haber sido bautizada por las madres Ciudad Luz), crecían al ritmo del trabajo y el aprendizaje.  Desde ese lugar las madres octogenarias seguían pariendo dignidades, trabajo, conocimiento...  Yo como tantas veces, privilegiado testigo de una maravillosa historia acompañaba, me ponía al servicio de las heroínas humildemente.  Me tocó en suerte transportar en mi automóvil a una madre de Luján, no recuerdo su nombre, aunque bien podría haberse llamado como mi madre..... mamá.   Digno  pañuelo blanco cubriendo su cabeza, durante el trayecto del centro de la ciudad a Mataderos, apenas cruzó alguna palabra conmigo, para decirme de donde venía, pero expectante, inquieta en llegar a destino.  Cuando ingresamos al barrio por la explanada del Elefante Blanco (antiguo edificio enclavado a la vera de aquel villorrio, con frente hacia la avenida Luis Piedrabuena) y divisó las construcciones de las nuevas viviendas, su rostro se iluminó.... entonces me contó.... su hijo, cuando "se lo llevaron" era un militante de base que trabajaba en asentamientos y ella en su casa conservaba una foto de él (entre tantas), encaramado a una pequeña "losa" de un centro comunitario que con sus compañeros estaban construyendo, blandiendo su más poderosa arma revolucionaria...... una cuchara de albañil.  Fue entonces cuando me dijo..... que lindo, siento como si mi hijo estuviera aquí.......
LA MEMORIA PINCHA HASTA SANGRAR.....
Claro que para bien o para mal, la memoria no es selectiva y aunque guardo infinidad de historias tanto o más conmovedoras que la relatada, se acumulan confusos, profusos y controversiales una cantidad de acontecimientos que hoy intento reclasificar en categorías que van de lo justo a lo injusto, de lo fatuo a lo sublime, de lo noble a lo infame.  Me pregunto hoy si el encomio que alguna vez valoré de algunos funcionarios y compañeros encontraba impulso en la justicia social perseguida o en algún interés subalterno mezquino.  
Por supuesto que me resulta imposible soslayar la tremenda sensación de impotencia, rabia y desazón, por encontrarme inmerso en la inmundicia de una causa que desde la impronta de lo que es políticamente correcto, que tal lo definiera acertadamente la Sala I de la Cámara Federal, no hizo más que armar un enorme pajar en el que albergar la sutil aguja de la verdad material y para ello necesitó echar mano a la desmesura de involucrar a cuanto ser humano hubiese pisado algún resquicio de aquel desatino.  Si hasta llegó a imputar  a proveedores por haber depositado cheques que les habían sido entregados en pago de bienes o servicios.
Pero regresemos al rotero de mi memoria, de mis recuerdos, de aquello de lo que puedo dar testimonio.  Conservo una larga lista de funcionarios de diferentes jurisidicciones que profusamente transitaron las obras de Sueños Compartidos, todos inexorablemente todos, previa visita a la oficina que Hebe destinaba a recibir a sus visitantes en la Casa de las Madres.  En muchas de aquellas visitas estuve presente, siendo testigo de cada propuesta, de cada oferta, de cada homenaje, de cada gesto, de cada aparente compromiso con la causa irreprochable de los Derechos Humanos y la Dignidad de los desposeídos.  Algunos, por el rol que les cupo funcionalmente por su posición en la estructura de gobierno, otorgaron importantes horas de su tiempo al proyecto en cuestión, siendo incondicionales compañeros de ruta del eminente conductor de la Misión, Sergio Schoklender.  Sin ser testigo presencial, en tanto jamás visité obras que ameritasen trasladarme más allá de las de la periferia bonaerense, tengo referencia de que fueron varios los que fueron transportados en vuelos de Meldorek al Chaco o a Santiago del Estero.  Por entonces era más que normal que Sergio en nombre de la Fundación (siempre ostentando autorizaciones contenidas en actas suscriptas por la Comisión de la entidad), comprase tierras o inmuebles destinados al desarrollo de la Misión Sueños Compartidos.  Así adquirieron tierras en Tartagal (que nunca terminaron de pagar y por cuya compra fue imputado el dueño de una inmobiliaria de esa localidad salteña), una antigua planta en la localidad de Barranqueras, Chaco, que perteneciera a la empresa Grafa, el inmueble ubicado en la calle Luis Saenz Peña en su intersección con Alsina en el que se instaló la radio de las madres AM 530, reciclado y adaptado con paneles constructivos del sistema M2, al igual que el ECUNHI (Espacio Cultural Nuestros Hijos, ubicado en la ex ESMA) y algunos departamentos situados en el edificio que se yergue sobre el local de la UNIVERSIDAD POPULAR MADRES DE PLAZA DE MAYO, que aproximadamente en el año 2010 fue adquirido por la Fundación Banco Nación para, posteriormente, donarlo a la Fundación Madres de Plaza de Mayo, hoy legítima propietaria de ese inmueble.  Creo que es pertinente hacer una descripción del modo liberal y desembozado de toda esta operatoria, para poder caracterizar cual era la visión que teníamos aquellos que no integrábamos la "mesa chica" y no teníamos porque dudar del origen de esas inversiones públicas (desde la concepción del modo, no desde la diferencia respecto de lo privado).
Vale destacar que la gestión de Sergio no admitía intervención ni crítica alguna, habiéndole costado a varios intelectuales y profesionales cercanos a las Madres, el alejamiento de merecidos espacios de opinión,  al haber intentado disentir con las decisiones de aquel.  Recuerdo una antigua serie televisiva llamada "Dos tipos audaces" y no puedo menos que imaginar la realidad adaptada a aquella ficción, en dos personas llenas de audacia e irreverencia al servicio de una causa que siempre creí justa, hasta que se desdibujó de la mano de quien sabe bien que poderoso designio.
Siempre disfruté de la provocativa irreverencia de Hebe, capaz de pedirle al Secretario de un Juzgado que agilice el desarrollo de una audiencia (en la que denunciamos a Moria Casán por su deplorable actividad injuriante), porque había dejado en el fuego de la cocina de la Casa de las Madres, un pucherito que compartiría con su hija que venía a visitarla desde La Plata.  Si hasta llegué a formar parte de una extraña experiencia de acercamiento al Ejército, en un Fellinesco almuerzo en el 5º Piso del Comando en Jefe de esa fuerza, que en próximas entregas relataré...... SI ME LO PIDEN.

martes, 12 de febrero de 2013

PARA DECIDIR Y CONSIDERAR.....

Necesitaba un ámbito más espacioso, más libre por decirlo de algún modo, donde escribir conceptos de mayor trascendencia....... o cuanto menos, menos acotados al devenir de las redes sociales.  En Facebook o Twitter, la brevedad es la regla y cualquier incursión extensa es desdeñada por un "público" adicto a la inmediatez, cuanto mucho al compromiso de un "Me gusta" o extraordinariamente a un "Compartir", que le permita continuar con el ejercicio de vouyerismo que le ofrece la intromisión consentida en vidas ajenas.
Me propongo provocar un feedback inteligente, en quienes cuenten con ese curioso atributo..... el de la inteligencia, a la vez que abrir un ámbito de discusión desapasionado y desprovisto del fanatismo que nos condiciona a manifestarnos de manera "políticamente correcta" según sea nuestra pertenencia, o nuestra pretensión de pertenecer que no es lo mismo.  Personalmente tengo mucho que aportar y mucho material para compartir, absolutamente inédito y desprovisto de segundas (terceras, cuartas, etc) intenciones, o intereses subalternos o personales.  Todos los que me lean, conocen algo de mi vida, pero como espero ser leído por quienes no gozan de ese conocimiento (no porque mi vida convoque al gozo eh!!!), les informo que aunque han acontecido hechos mucho más trascendentes para mí en 60 años de existencia, lo que me ha instalado en algún momento histórico con total virulencia en la opinión pública, ha sido formar parte de alguna manera en la escandalosa causa por el supuesto desvío de fondos públicos en la Fundación Madres de Plaza de Mayo.  Hace 20 meses, la Sra Hebe María Pastor de Bonafini, me despedía en su pequeña oficina con un beso en la mejilla, aceptando con cierto dolor manifiesto (al menos en su gestualidad), la renuncia que le ofreciese al comienzo de aquel ominoso proceso.  El 16 de junio de 2011, los diarios haciéndose eco de una información falsa de mi supuesta asunción en la dirección de la institución, arreciaron con una serie de imputaciones caprichosas y maliciosas, que arrojaron a la presidenta de la organización a decidir la aceptación de mi renuncia.  Aquel día comenzaría un nuevo proceso vital, que me revelaría la verdadera dimensión de la verdad y la mentira, de la lealtad y la traición, de la responsabilidad y la indolencia y fundamentalmente de lo JUSTO y lo POLÍTICAMENTE CORRECTO.  Cuando la Justicia (como institución), persigue el resultado políticamente correcto se desdibuja, se desmerece, se desintegra como un castillo de naipes en una playa del sur.
Atesoro en mi memoria una cantidad de hechos y acontecimientos que brotan día a día de manera desordenada.  En cada recuerdo me reivindico en lo actuado, lo hago con personas severamente comprometidas, me desencanto con la historia y ya desde mi posición de hombre del derecho, me desencanto con ciertos colegas, circunstanciales y precarios funcionarios judiciales.  Llevo escritos varios capítulos de un libro que tal vez algún día publicaré y que de momento me ha otorgado la utilidad del recuerdo, el repaso de una faceta de mi vida que pretendió acercarse a mis ideales y me aleja cada día un poco de ellos.  No creo que exista un NEGOCIO DE LOS DERECHOS HUMANOS, como algún pseudo escritor maledicente y marketinero pretende, enlodando un "valor" intencionadamente, así como no existe una Justicia "injusta", existen canallas en posiciones indebidas medrando con valores intocables.  A algunos de ellos, desafortunadamente, los conocí, coordiné labores con ellos, los acompañé y en muchos casos, admiré.
Como un anticipo de mi labor, transcribo el prólogo de mi obra, inédita e inconclusa......

PROLOGO

….. y van….  no se bien cuantas fueron las veces que comencé a escribir esta historia y espero que esta sea la definitiva, la final, la publicable.
En los primeros tiempos la catarsis fue la impronta, volcar sentimientos más que ideas fue el camino andado y creo con empeño, que debo hacer una apuesta a la verdad, a la pura y exclusiva verdad, esa que no reconoce patrones, erróneas y “alteradoras” lealtades, versiones políticamente correctas, ni miedos.  No me asusta que se me acuse de “anti” algo, o de ser funcional a intereses subalternos, si de ser respetuoso por el rigor histórico se trata y si la única lealtad y compromiso que reconozco es el que me vincula con mi propia dignidad.
Dedico este libro a la memoria indeleble de mi padre, de quien tengo la certeza que de haber estado vivo al momento de desatarse la furia de “los que arrasan con todo”, lejos de avergonzarse o dudar, se habría ubicado a mi lado para juntos desandar el camino de la verdad y la justicia, ya que no hubiera dudado de los resultados de su propia educación y el modo de transmitirla a sus hijos.
Todo lo que escriba ha de carecer de especulaciones, siendo lo que pude constatar con mis sentidos, lo que ví, lo que toqué, lo que saboreé y lo que olí.  Y si en el imaginario de esta historia debiera destacar cual de mis sentidos se vio más afectado y vulnerado, diría que justamente fue mi olfato….. hubo mucho olor a podrido, mucho e insoportable.
El título de esta obra fue meticulosamente pensado.  En mis diferentes intentos fue mutando aunque incluyendo siempre la palabra “Sueños”, en homenaje a los que se atrevieron a intentar la aventura de torcer el rumbo inexorable de la historia de sus vidas miserables, a los que creyeron, a los traicionados, a los que fueron rescatados del olvido para retornarlos al ostracismo crónico y sistemático, de tener que seguir siendo funcionales y útiles…… porque la miseria es enemiga de la libertad y la libertad es atrevida con el poder…..
“ARRASADORES DE SUEÑOS” son “ellos” y sus padres (y madres) putativos, los que miraban para otro lado cuando todo pasaba, los que medraban con el prestigio, los que se alimentaban de sus gordas migajas, los que surcaban los cielos, los que nunca preguntaron, los que nunca escucharon….. a su modo, los que completaron la obra arrasando lo que quedaba….. que era mucho….. era gente, ni más ni menos.

Hugo Omar Gallardo